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12 de agosto de 2009

Linux no necesita que nadie lo defienda

Por: Andrés Fiorotto

Pido permiso al amigo Facundo Arena para meterme en el terreno linuxero, desde el punto de vista de un usuario “tradicional” de Windows, para contarles la experiencia Linux desde otro lado.

Hace poco leí las palabras de Linus Torvalds, haciendo una crítica respecto a cierto “fundamentalismo” de los fanáticos de Linux y el software libre, que realmente me parecieron muy acertadas. Si bien la comunidad del software libre tiene motivos más que suficientes para sentirse absolutamente orgullosos de lo que han logrado, es importante también que esa postura se haga desde el respeto y la tolerancia, lo cual dignifica aún más el trabajo que llevan adelante.

Durante el 2008 me tocó cubrir una de las sedes de la FLISOL, y quedé gratarmente soprendido por la predisposición de sus organizadores para instalar y asesorar en el uso de Linux, aunque me sentí un poco afuera al consultar respecto al software libre para Windows. Ellos argumentaban que no se dedicaban a instalar software sobre Windows porque consideraban que la mayoría los asistentes lo tenía de manera ilegal, y eso iba en contra de sus principios. Si bien es súmamente entendible la postura, dejaban de lado a mucha gente que sí tenía su Windows original (usuarios OEM, por ejemplo), y que para colmo no podían darse el “lujo” de formatear la PC, porque sino la garantía les dejaba de correr.


A partir de esto me parecen muy acertadas las palabras de Torvalds, en el sentido de difundir la tarea de las organizaciones de software libre a través de hechos, y no de posturas intransigentes o el desprestigio a alternativas comerciales.