En tiempo de procesiones, ¿quién no habría dado un brazo por un asiento en el que sentarse y descansar? Y ya no solo en procesiones, sino en colas para conciertos, eventos o cualquier tipo de espera que nos mata al tenernos de pie.
Con esta mochila ese problema está más que resuelto, ya que la propia mochila es una silla la mar de cómoda para que te puedas sentar allá donde quieras.
Con un peso de tan solo 4 kilos, una ver convertida en silla puede soportar hasta 110 kilos, por lo que será apta para prácticamente cualquier persona.
Las posibilidades de esta mochila-bolsa son infinitas. Eso si, su precio casi también lo es (unos 100 euros).